En un accidente de tráfico, ¿prefieres vivir o morir?


Cuando vemos cifras de accidentes de circulación en las noticias, solemos poner el foco de atención en las víctimas mortales. Sin embargo, el número de víctimas es mucho más amplio: heridos en el siniestro, familiares y seres queridos de las personas afectadas e, incluso, el propio causante del accidente. Aunque estés seguro de tu habilidad al volante, una pequeña distracción o una bebida de más pueden suponer que pases a formar parte de las estadísticas de víctimas.


Si se da el caso, ¿quién prefieres ser? ¿Quien sobrevive al accidente, o quien muere?


¿Prefieres ser quien muere?


Seguro que no te imaginas formando parte de las estadísticas de fallecidos en la carretera. Quizá te parezca una lotería o la consecuencia de una acción que no se corresponde con tu comportamiento al volante. Pero ninguna de las más de mil personas que mueren cada año en nuestro país en accidentes de tráfico pensaron que podrían ser el siguiente número en la lista. Es posible que, ante un accidente del cual tú seas culpable, prefieras estar en el lado de la persona que fallece y no asumir responsabilidades. Pero las consecuencias no terminan cuando tú ya no estás.



Consecuencias para ti: piensa en todas esas cosas que te hacen feliz. No hace falta que sea un gran acontecimiento. Pueden ser pequeños momentos cotidianos: ver reír a alguien a quien quieres, acariciar a tu mascota o ver tu serie favorita en un día de lluvia. Se acabaron esos momentos para siempre. Tu nombre ha dejado de ser persona para ser un número en las estadísticas. 

Consecuencias para los demás: harás que alguien muy cercano, quizá tu madre o tu pareja, pase por el dramático momento de recibir la primera llamada para informarles de lo que te ha pasado. Esa persona tendrá la difícil responsabilidad de llamar a otras personas a las que quieres para comunicarles la noticia. Otras personas te seguirán enviando mensajes durante un tiempo antes de saber que nunca los recibirás.

¿Prefieres ser quien vive?


Imagina que vas conduciendo tranquilamente y recibes un mensaje en el móvil. Seguramente no es importante, pero decides mirar de reojo, por si acaso. Piensa también en esa copa que bebiste, creyendo que no te pararía la policía, y que hace disminuir tu capacidad reacción unas décimas de segundo. Repentinamente, un coche sale de donde no lo esperabas, un niño cruza la carretera sin mirar o te saltas un semáforo. Tu imprudencia termina con la vida de otras personas. ¿Te gustaría ser quien vive en el accidente? Al fin y al cabo, nuestro instinto nos empuja a sobrevivir incluso en los momentos más difíciles. Pero si piensas que esta es la opción buena, estás muy equivocado.



Consecuencias para ti: tras un accidente con resultado mortal para otras personas, puedes ir directamente del hospital a la cárcel, sin pasar por casa. Olvídate de tu vida como era hasta ahora. Olvídate de tu trabajo o de un futuro empleo de ensueño. Olvídate de ese viaje con el que siempre soñaste. Los antecedentes penales por homicidio imprudente cierran muchas puertas.

Consecuencias para los demás: además de causar una pérdida irreparable para muchas personas, si sobrevives a un accidente, también pierden tus seres queridos. No es fácil para una familia tener un ser querido en la cárcel. No es fácil mantener una pareja o ciertas amistades en estas condiciones. Nadie te mirará igual que antes.

Algunas cifras para abrir los ojos




¿Piensas que estas situaciones no van contigo? Las 1.806 personas que perdieron la vida el pasado año pensaron lo mismo. Muchos de los 138.609 heridos seguramente tampoco fueron conscientes. Si crees que la cárcel no es para ti, piensa que 1 de cada 3 condenas penales se deben a delitos contra la seguridad vial. ¿Crees que no pasa nada por mirar el móvil de reojo? El móvil es el mayor causante de accidentes por distracción. Finalmente, si piensas que no te pasará nada por tomar ese otro vino o esa otra copa extra, ten en cuenta que una tercera parte de los conductores fallecidos dieron positivo en alcohol y otras drogas. Los datos hablan por sí solos. Nos puede pasar a cualquiera.

Una noticia mala y una buena. La mala es que no hay final feliz en ninguna de las dos opciones. Y la buena: evitarlo está en tus manos.


Si tienes un accidente de circulación, ¿quién prefieres ser? ¿Quien sobrevive o quien muere? Entra en la web de la nueva campaña de la DGT para ver el desenlace de tu decisión.